os valores morales, entre ellos, el respeto, la tolerancia, la honestidad, el trabajo, la lealtad y la responsabilidad, entre otros, surgirán y se inculcarán a cada persona, primordialmente, en el seno familiar, por lo cual las relaciones con el padre, la madre, los hermanos, los abuelos, los tíos y todos aquellos otros involucrados en el seno familiar, deben contar con la calidad adecuada, para ser estos correctos transmisores de todos esos valores que mencionábamos más arriba.
Por otra parte y además de la calidad de las relaciones, resulta ser indispensable para lograr una ideal transmisión de ciertos valores, el modelo y el ejemplo que estos familiares le enseñen y muestren al niño, porque este absorberá todo aquello que le inculquen y también aquello que observe de estos, sus actitudes, modos, entre otros. De nada servirá que un padre le enseñe a su hijo a ser justo, si por otro lado ostenta actitudes como ser maltratar al personal que tiene a su cargo.
El segundo agente socializador fundamental en materia de valores, sin dudas, lo es la escuela, allí, el niño pasa mucho tiempo y por lo que será receptor de un sinfín de modelos de comportamiento, entonces, resulta imprescindible también en este estadio el ejemplo que los maestros le den a los niños y reforzar aquella calidad moral que la familia le ha inculcado al niño, porque luego con todo este bagaje de información moral, el niño se insertará en un todo social y obviamente de haber sido adecuada la inculcación de valores morales, el individuo contribuirá
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